Los "británicos" atraen a la gente por su apariencia y carácter flexible.
Pero esta raza, como cualquier otra, también tiene sus inconvenientes.
En primer lugar, cabe señalar que un gato así tiene un apetito incontrolable.
Por ello, debes trabajar en alimentar a tu mascota a una hora determinada y en porciones si no quieres que el animal sufra exceso de peso.
Si alguien está acostumbrado a tener constantemente un gato en brazos, es poco probable que este tipo de comportamiento tenga éxito con esta raza. A los gatos británicos no les gusta sentarse en brazos de una persona durante largos períodos de tiempo. Eligen el momento en el que quieren cariño de su dueño.
Otra desventaja de esta raza es que los gatos son muy activos por la noche.
Además, cabe señalar que un gato así tratará a los extraños con extrema precaución y, a veces, incluso con negatividad.
Al animal no le gusta que alguien más perturbe su espacio y su paz.