Muchos gatos tienen la costumbre de dejar arañazos en los muebles.
Este deseo de un amigo de cuatro patas se explica de forma muy sencilla: la mascota afila sus garras y marca su territorio.
No tiene sentido regañar a un animal por tal comportamiento: no tiene sentido. Ningún grito o castigo hará que un gato deje de arañar los muebles.
La eliminación de las uñas tampoco es, por decirlo suavemente, bienvenida: las consecuencias de este procedimiento para la salud de la mascota pueden ser extremadamente negativas.
Es mejor acostumbrar al gato al rascador. Y también procurar que el animal deje de dañar los muebles.
Lograr el segundo resultado es bastante sencillo. Para ello, basta con tratar el producto con un producto disponible.
Cómo rociar muebles
Basta con espolvorear gotas de zumo de limón sobre sofás y sillones. El jugo de otras frutas cítricas también funcionará.
En la habitación aparecerá un aroma agradable que, sin embargo, no gusta a los gatos.
Es por esto que las mascotas dejarán de acercarse a los muebles y mucho menos de arañarlos.
En este caso no se causará ningún daño al animal. Resulta muy conveniente: la mascota está segura y no le pasará nada a los muebles.