Algunas personas tienen la costumbre de acariciar la cabeza de perros extraños en la calle.
Nadie sabe a qué puede conducir una acción humana así.
Al acariciar a un perro en la cabeza, una persona intenta establecer contacto con él, mostrarle su amor y cuidado.
Pero los perros entienden esta acción de otra manera.
Los perros salvajes y los lobos tienen su propia interpretación de algunos gestos humanos.
Colocar una pata en la cabeza significa que este perro domina al que está debajo de la pata.
En ese momento el perro comprende que no ganará porque el oponente es más fuerte.
Por tanto, una persona no debe acariciar perros desconocidos, porque entenderá este gesto como un deseo de dominarlos.
Pero si tu perro, o alguien que te conoce, reacciona positivamente ante tal acción, entonces puedes acariciarlo tranquilamente.
Señales que te ayudarán a entender que a tu perro no le gustan tus acciones:
- si empieza a presionarle las orejas y la cola, debes quitarle las manos porque empieza a enfadarse;
- Es mejor acariciar el cuello, el vientre y el pecho, es decir, aquellos lugares que evocarán emociones positivas en el perro.