Si recordamos las palabras del profesor F. F. Preobrazhensky de que "no se puede luchar contra nadie, y sólo se puede actuar sobre humanos y animales mediante sugestión", entonces surge la pregunta: ¿qué hacer con los perros: castigar o educar?
Los resultados de la elección determinan qué tan feliz y obediente crecerá la mascota.
En este caso, los criadores de perros experimentados tienen sus propias reglas. Éstos son algunos de ellos.
Regla uno
Lo primero que debe recordar una persona que decide comprar un cachorro es que hay que amar al perro. Por ello, las mascotas lo perdonan todo, incluso las dificultades del adiestramiento. Entonces podrás criar a tu perro como quieras.
Regla dos
Regañar y castigar por bromas domésticas es un error. El método del palo y la zanahoria no funciona en este caso. El perro simplemente no entenderá por qué “voló” y las travesuras del cachorro se repetirán, a pesar de las reprimendas del dueño. Puede influir en el culpable con la entonación y únicamente basándose en hechos reales y aquellos que no sucedieron en el pasado.
Regla tres
No es necesario enojar al perro y provocarle agresión. Después de aclarar la relación con su mascota, un día resulta que vivir con él bajo el mismo techo será incómodo. Tampoco debes influir en el perro causándole miedo. En esos momentos, el animal puede simplemente empezar a defenderse.
Regla cuatro
Dicen que a los perros no hay que malcriarlos. De hecho, un perro percibe a una persona como su dueño exactamente hasta el momento en que la ve como un rival o enemigo. Después de esto, el perro definitivamente dejará de obedecer a su dueño.
Regla cinco
Los perros no se vengan de su dueño cuando le muerden los zapatos o empiezan a cagar en la alfombra. Se trata de una reacción al estrés y otros problemas de salud de los que el propietario aún no es consciente.
Regla seis
Es importante entrenar al perro para que permanezca sin su dueño. En este sentido, ayudan diversos hábitos o rituales del animal. Puedes intentar jugar con el perro antes de salir, sacarlo a pasear o entretenerlo de alguna otra forma. Después de esto, el animal desarrollará un reflejo y tú deberás actuar de la misma manera después de regresar a casa.