Hay muchas razones por las que tu gato podría estar enojado contigo.
Cualquier pequeña cosa puede servir como motivo para que un gato se sienta ofendido. Pero algunas acciones de los dueños ofenden especialmente a los gatos.
Cómo no ofender a un gato
En primer lugar, no debes gritarle no solo al gato, sino también delante de él. Para los gatos, que tienen un oído sensible, los ruidos fuertes son sencillamente insoportables.
En segundo lugar, intenta no dejar a tu gato solo durante mucho tiempo. Contrariamente a la creencia popular, los gatos no toleran bien la soledad.
Pero el gato no necesita atención constante por parte del dueño. Cuando el gato está ocupado con sus propios asuntos (descansando en el sofá, lamiéndose), es mejor no molestarlo.
Al mismo tiempo, el propietario no debe disponer de espacio personal. Un gato necesita saber todo lo que sucede en su territorio; una puerta cerrada es motivo de grave resentimiento.
Además, tu gato definitivamente se ofenderá si adquieres una segunda mascota. Aunque sea sólo un caracol.