Resulta que el color del “abrigo de piel” de un gato está directamente relacionado con los rasgos de carácter del animal.
Entonces, si hablamos de focas blancas, podemos decir con seguridad que estas mascotas no escatiman en muestras de ternura.
Requieren mucho cariño y atención y son muy dependientes de su dueño. Además, por alguna razón, los animales con este color tienen más dificultades para afrontar la enfermedad: el proceso de recuperación les lleva un orden de magnitud más largo.
Si su mascota es negra como la noche, prepárese para el hecho de que será juguetona y activa hasta la vejez.
Pero si un gato es blanco y negro, esto significa que es más resistente al estrés, lo que significa que tiene muchas más posibilidades de sobrevivir si se encuentra en la calle; tal vez por eso tantos gatos callejeros tienen este color.
Los animales blancos y negros están muy apegados a sus dueños y se aburren mucho cuando la persona no está en casa.
Por cierto, se cree que estas mascotas son mucho más inteligentes que sus contrapartes.
Si el pelaje del gato es rojo, entonces estás ante una persona tranquila y flemática que duerme mucho y rara vez pasa tiempo jugando.
Por último, los gatitos atigrados son muy independientes. Rara vez se apegan al dueño y al mismo tiempo gozan de una salud excelente.