Muchos dueños de gatos afirman que sus mascotas pueden tratar diversas dolencias. Para aquellos que nunca han tenido una mascota, estas declaraciones pueden parecer tontas.
Sin embargo, los habitantes de la Antigua Roma, Egipto y Babilonia creían que los gatos eran excelentes curanderos.
En la antigua Rusia también existía la creencia de que los gatos podían salvar a sus dueños de las enfermedades.
Pero, ¿pueden los ronroneos de las mascotas realmente hacer esto?
Resulta que en el siglo pasado, médicos de Estados Unidos y Gran Bretaña notaron que la comunicación con los gatos tiene un efecto positivo en las personas con discapacidad mental. Posteriormente se realizó un estudio que demostró que la interacción con los animales alivia a las personas de una serie de dolencias. Los médicos llamaron felinoterapia a este método inusual de tratamiento.
Los resultados de experimentos posteriores mostraron que todas las personas a las que se les colocaron gatos en los puntos doloridos lograron superar la enfermedad. La mitad de los pacientes que no interactuaron con gatos no mejoraron su salud.
Según los científicos, los animales pueden generar corrientes de baja frecuencia que tienen un efecto positivo en la salud humana. Esto es posible gracias al suave y fino pelaje de los gatos.
Algunos investigadores confían en que si un gato ama a su dueño, definitivamente intentará curarlo si se enferma. Muchos científicos creen que los gatos se acuestan infaliblemente en los puntos doloridos.
Los animales pueden curarse calentando un punto dolorido con el calor de su pelaje, y el ronroneo de un gato puede actuar como analgésico en las personas.
Numerosos experimentos demuestran que las personas que están cerca de mascotas ronroneantes normalizan la presión arterial, aceleran los procesos de regeneración, estabilizan el ritmo cardíaco, curan los huesos más rápido y alivian el estrés.
¿Qué enfermedades pueden tratar nuestras mascotas? Resulta que los dueños de gatos viven mucho más tiempo que las personas que no tienen mascotas. Los científicos han descubierto que los gatos pueden salvar a una persona de arritmia, hipertensión, hipotensión e incluso pueden ayudarla a recuperarse de un derrame cerebral. Los gatos también alivian el insomnio de sus dueños. Además, estos animales tienen un buen efecto en los esquizofrénicos, autistas y personas que padecen neurosis.
Sin embargo, mucho depende del largo del pelaje y del sexo del animal. Se cree que los mejores médicos son los gatos, no los gatos. Si los animales de pelo largo ayudan a las personas a afrontar las neurosis, el insomnio y las enfermedades mentales, las esfinges y los gatos de pelo corto curan perfectamente los intestinos, los riñones y el estómago.
Por tanto, los gatos son animales increíblemente útiles. La comunicación con ellos le permite normalizar el funcionamiento de todo el cuerpo en su conjunto.
Resulta que las historias sobre gatos que curan a las personas no son mitos, sino realidad. Pero conviene recordar que la terapia felina sólo puede utilizarse como efecto auxiliar, ya que no puede sustituir por completo el tratamiento con medicamentos. Además, los gatos sólo ayudan a aquellas personas que los aman. Por este motivo, es mejor no pelear con estos animales.