Durante muchos años, los gatos fueron considerados meteorólogos de primera clase; ni siquiera la ciencia refuta los superpoderes de los animales.
Te contamos qué comportamiento de Murok y Barsikov indica que es hora de coger un paraguas o que se acerca el calentamiento.
Entonces, si su mascota duerme en un pequeño arco (aproximadamente 270 grados), esto significa que la temperatura del aire aumentará ligeramente.
La postura del gato, en la que se dobla formando un arco parecido a un semicírculo, te ayudará a saber que el calentamiento llegará de repente.
Si se acerca el verdadero calor, la mascota se tumbará boca arriba con las patas extendidas.
La explicación es simple: el gato es capaz de sentir las fluctuaciones en la presión atmosférica y la humedad, por lo que recurre a mecanismos similares de termorregulación. Al mismo tiempo, aumenta la transferencia de calor del cuerpo del animal, lo que lo protege del sobrecalentamiento.
Esta misma habilidad de un gato también se manifiesta cuando se acerca la lluvia.
Debido a una caída de la presión atmosférica, se producen sensaciones desagradables en los oídos y el estómago de la mascota. Para ahogarlos, el gato suele empezar a beber agua, comer hierba, lamerse la cola y frotarse las orejas con las patas.