El vientre abierto de un gato es el mayor signo de confianza en su dueño.
Pero bajo ninguna circunstancia debes acariciar la barriga de un gato. Expliquemos por qué.
Por qué a los gatos no les gusta que les toquen la barriga
El estómago es el lugar más vulnerable de un gato. Como sabes, durante una pelea, un gato se acuesta boca arriba para demostrarle a su oponente que se ha rendido y que ya no es un peligro.
Cuando un gato muestra su barriga a su dueño, demuestra que se siente seguro a su alrededor y que tiene una confianza ilimitada en él.
Pero si el dueño intenta acariciar a un gato que ha abierto el vientre, comenzará a protegerlo reflexivamente con las patas.
Además, tocar la barriga de un gato es simplemente desagradable, ya que es una zona hipersensible.