La pérdida de un querido dueño siempre es un gran estrés para una mascota.
En la mayoría de los casos, la única forma de aliviar el sufrimiento de un perro es mediante medicación. Importante: los sedantes deben ser recetados por un veterinario.
No intente darle de beber valeriana o agripalma al animal ni le dé Corvalol; los medicamentos destinados a personas solo pueden dañar al perro.
Durante mucho tiempo se han creado medicamentos especiales para amigos humanos de cuatro patas que ayudan a reducir los niveles de estrés.
Además, existen varias otras formas que le ayudarán en una situación tan difícil. Por lo tanto, puede ofrecerle al perro algo del dueño fallecido: la mascota lo olerá y tendrá la sensación de que el dueño está cerca.
Intenta distraer al perro aumentando la frecuencia de los paseos, el nivel de ejercicio y el número de juegos.
Al mismo tiempo, elige el entretenimiento más activo y divertido posible.
Será más fácil para el perro si hay personas conocidas a su lado que lo traten bien.
Sin embargo, la recomendación más importante en caso de estrés severo sigue siendo mostrar el animal al veterinario; si se sienta y espera a que la situación se corrija por sí sola, es posible que el perro siga a su dueño.