Los estafadores telefónicos disfrazados de representantes de un operador de telefonía móvil y del Comité Estatal de Control defraudaron a un residente de Gomel en 124.000 rublos.
Por orden de los estafadores, la residente de Gomel vendió su automóvil, pidió préstamos y entregó el dinero a su empleador.
Así lo informó el servicio de prensa del Comité de Investigación de la región de Gomel.
Cómo actuaron los estafadores
Según la investigación, a finales de agosto de este año, un residente de Gomel de 56 años recibió una llamada a través de mensajería instantánea de un suscriptor desconocido con el avatar de un operador de telefonía móvil.
Presentándose como empleado de este operador, la persona que llamó invitó a la mujer a renovar de forma remota el contrato para la prestación de servicios de telecomunicaciones.
Siguiendo las instrucciones, la residente de Gomel siguió el enlace y rellenó el formulario indicando los datos de su pasaporte.
Al poco tiempo recibió una llamada vía messenger de un presunto empleado del Comité de Control del Estado. El interlocutor le dijo a la mujer que estaba imputada en una causa penal por financiación de actividades extremistas. Para ser convincente, el estafador envió una foto de una identificación laboral falsa.
El residente de Gomel negó las acusaciones y habló sobre la llamada de un empleado del operador de telefonía móvil y el suministro de datos personales.
El “empleado de KGC” cambió de tono y le dijo a la mujer que los estafadores intentarían solicitar préstamos a su nombre y que ella debía ser proactiva.
Siguiendo sus instrucciones, el residente de Gomel pidió varios préstamos y transfirió dinero a cuentas de otras personas. La mujer también se vio obligada a redactar un acuerdo de confidencialidad.
Luego, la “empleada de KGC” obligó a la residente de Gomel a vender su automóvil Reno Logan y transferir las ganancias a una cuenta “segura”.
El siguiente objetivo de los estafadores fue el apartamento de un residente de Gomel. La mujer no pudo encontrar comprador y los estafadores la obligaron a pedir un préstamo garantizado por el apartamento.
Habiendo defraudado al residente de Gomel por un total de al menos 46.000 rublos, los estafadores no se detuvieron.
El apogeo de la charlatanería fue la invención de un virus en la computadora del trabajo de una mujer. Para ahorrar el dinero de su empleador, la residente de Gomel transfirió 78.000 rublos a cuentas "seguras".
Al día siguiente, un “empleado de KGC” le dijo a la mujer que no le devolverían el dinero.
El departamento del Comité de Investigación de la ciudad de Gomel abrió una causa penal por este hecho en virtud del apartado 4 del artículo 209 del Código Penal (fraude a gran escala).