Imagínate: llegas a tu parcela y, en lugar de tener que cavar agotadoras camas, tomas té en una hamaca.
Tus tomates están madurando, tus patatas están creciendo y las malas hierbas están desapareciendo por sí solas. ¿Suena como un cuento de hadas?
Esta es la realidad del método de jardinería sin excavación, que está revolucionando la idea de la jardinería.

Científicos de la Universidad de Cornell han demostrado que la excavación anual destruye la estructura del suelo, mata las lombrices y reduce el rendimiento de los cultivos en un 30%. Pero hay una manera mejor... ¡y ni siquiera requiere una pala!
Todo lo que necesitas es cartón, compost y paja.
Extiende el cartón sobre la tierra virgen (¡pero sin cinta ni tintes!).
Bloquea la luz y las malas hierbas mueren en 2-3 semanas. Pero el secreto está en utilizar cartón ondulado: sus “panales” aireados mantienen la circulación del oxígeno sin crear efecto invernadero.
Vierte una capa de 10 cm de compost maduro sobre el cartón. Si no tienes, compra sustrato para setas, es más barato y rico en potasio. Esta capa se convertirá en un hogar para las raíces y un “comedor” para las lombrices.
Añade 5 cm de paja: retendrá la humedad y evitará que la lluvia arrastre el compost. Pero no cojas heno: a menudo contiene semillas de malas hierbas.
Los 5 cm superiores vuelven a ser compost. Plante allí plántulas o semillas. Las raíces romperán el cartón y las malas hierbas quedarán bajo la “armadura” sin posibilidad de escapar.
Los tomates plantados en este tipo de tarta producen un 40% más de fruta. Sus raíces llegan hasta una profundidad de 1,5 metros, encontrando agua incluso en tiempos de sequía.
Y el calabacín madura dos semanas antes porque no desperdicia energía combatiendo las malas hierbas.