Cualquier propietario de una orquídea puede ayudar a su “mascota verde” a recuperarse, adaptarse a condiciones estresantes y fortalecer sus hojas y raíces.
Todo lo que necesitas hacer es alimentar la flor con vitaminas B.
Este aditivo se utiliza, como se mencionó anteriormente, para restaurar las plantas, mejorar su adaptación a los cambios ambientales y mantener la salud de las partes subterráneas y aéreas.
Si le preocupa el estado de las hojas, necesitará una mezcla compuesta por los siguientes componentes: vitaminas B, ácido succínico y glucosa, disueltos en agua.
Utilice esta mezcla para limpiar las hojas de la planta por ambos lados.
Para apoyar las raíces de las flores, necesitarás vitaminas B1 y B3.
Diluir una ampolla de cada uno en un litro de agua para estimular el crecimiento de nuevas raíces, mejorar el estado de las viejas y fortalecer la orquídea.
Las orquídeas nuevas suelen rociarse o regarse con una mezcla de vitaminas B6 y B12 para adaptarlas a las nuevas condiciones: cambios de humedad, temperatura, etc.
Las vitaminas B son especialmente útiles en invierno.
Para proteger la planta de los cambios de temperatura y la sequedad, tratar las hojas o regar la tierra de la maceta con una solución de vitamina B12 (una ampolla por litro de agua).
Otra opción de alimentación es una combinación de vitaminas B con ácido succínico.
Esta composición debe utilizarse cuando necesitas ayudar a la orquídea a recuperarse del estrés o cuando quieres que crezca más activamente y forme raíces y hojas saludables.