Los jardineros experimentados admiten que después de cambiar el método de atado, la cosecha de pepinos se duplicó.
No repitas los errores de los demás... ¡y tus camas explotarán con una abundancia de pepinos crujientes!
Comencemos con el hecho de que el cordel fuertemente atado estrangula los tallos, bloqueando el acceso de los nutrientes a los frutos. En lugar de nudos, utilice bucles sueltos de tela suave.

De esta manera los brotes no se dañan durante el crecimiento y los ovarios reciben la máxima cantidad de jugo.
El material ideal son unas medias de nailon viejas. No se pudren, no se estiran y no dañan los tallos.
Átelos al enrejado en forma de ocho para que la carga se distribuya uniformemente.
Si el tallo está pellizcado, proporcione asistencia de emergencia.
Para ello, envuelva la zona dañada con musgo húmedo. En una semana, aparecerán nuevas raíces en esta zona y la planta cobrará vida.
Para variedades arbustivas, instalar una red con celdas grandes. Los pepinos se aferrarán a la planta con sus zarcillos y evitarás lesiones.
Lo principal es estirar la red en un ángulo de 60° para que las frutas no cuelguen hasta el suelo.
Consejos para terreno abierto: utilizar soportes en forma de U hechos con ramas. Proporcionan sombra cuando hace calor y permiten que las vides se enrollen libremente. Después de la temporada, queme las ramas: la ceniza será un excelente fertilizante.
Importante: no atar pepinos bajo la lluvia. Los tallos húmedos se rompen y el hongo penetra en las heridas.
Espera a que haga sol y tus plantas te lo agradecerán con una generosa cosecha.