Imagínese a sus vecinos mirando por encima de la cerca, tratando de averiguar por qué sus pepinos están jugosos, crujientes e impecables.
La respuesta es más sencilla de lo que parece: ceniza común y corriente. Ni productos químicos ni fertilizantes caros, sino lo que hay en casi todos los hogares.
La ceniza de madera es un almacén de potasio, fósforo y calcio. Estos elementos fortalecen las raíces, aceleran el crecimiento de los brotes y endulzan los frutos.

Las plantas se enferman con menos frecuencia y las plagas evitan los canteros. Y todo esto sin aditivos sintéticos.
Diferentes suelos requieren diferentes enfoques.
Para suelo arcilloso, añade dos cucharadas de ceniza al hoyo; para suelo arenoso, añade tres cucharadas y un puñado de humus. Una cucharada de tierra negra es suficiente.
Antes de plantar, la ceniza se mezcla con la tierra y se riega para que los nutrientes se distribuyan uniformemente.
Existen dos opciones de uso: se esparce ceniza seca bajo los arbustos o se prepara una infusión.
Un vaso de ceniza por cada 10 litros de agua, lo dejamos reposar una semana y listo. Riega las raíces una vez cada dos semanas.
Reglas que no se pueden romper
La ceniza debe proceder únicamente de madera limpia, nada de basura o plástico.
No se puede mezclar con estiércol fresco: esto “mataría” el nitrógeno.
Y lo más importante, en suelos alcalinos, la ceniza se utiliza con cuidado para no sobrecargar el suelo.
El secreto de la cosecha ha salido a la luz. Ahora tus pepinos no sólo serán la envidia de todos, sino también la prueba de que la naturaleza te brinda todo lo que necesitas si sabes cómo aprovecharla.