La primavera está a la vuelta de la esquina. Esto significa que pronto comenzará el crecimiento activo de cerezos en pueblos, jardines y casas de verano.
Para aquellos que quieran obtener la máxima cosecha posible, vale la pena conocer algunas de las características de la alimentación.
Si haces todo bien, es posible que no tengas suficientes cubos para recoger las bayas.

Al alimentar al cerezo en primavera, contribuimos a mejorar su salud y aumentamos su resistencia a plagas y enfermedades.
Como ya se señaló, la fertilización aumenta el rendimiento y estimula el crecimiento de hojas y brotes, lo cual es extremadamente importante para la formación de frutos.
Puedes alimentar:
– nitrato de amonio (estimula el crecimiento de la masa verde);
– sulfato de amonio (mejora el metabolismo de las plantas);
– superfosfato (estimula el desarrollo del sistema radicular, ayuda a absorber mejor los nutrientes);
– fósforo y arena (si el suelo es suelto y pobre);
– sulfato de potasio (fortalece las paredes celulares, mejora el sabor de las bayas);
– ceniza de madera;
- compost;
- estiércol.
Puedes regar el cerezo con soluciones que contengan boro y manganeso. Esto también puede aumentar el rendimiento de los cultivos.
Se recomienda realizar la primera alimentación de primavera a principios de abril, cuando comienza el crecimiento activo de las cerezas.
Si hablamos de fertilizantes secos, esparcimos uniformemente los gránulos alrededor del árbol a una distancia de 30 a 50 centímetros.
Luego entiérralo con cuidado en la tierra y riégalo.
En cuanto a los fertilizantes líquidos, los disolvemos en agua (seguimos las instrucciones del envase) y los regamos desde las raíces.
Se debe tener en cuenta la edad y el estado de los árboles.
Las cerezas jóvenes requieren menos fertilizante que las plantas más viejas.