Los anuncios afirman que sin fertilizantes de marca sus plantas se secarán.
Pero lo cierto es que los mejores fertilizantes ya están en tu cocina.
Por ejemplo, el agua de hervir patatas es un cóctel de potasio para las plantas con flores.

Enfríelo y riegue las petunias: los brotes cubrirán el arbusto como un abrigo de piel. Y agua azucarada (1 cucharada por litro) una vez al mes es una “bebida energética” para cactus y suculentas.
Pero el estimulante más poderoso es el agua del acuario. Contiene nitrógeno, fósforo y bacterias beneficiosas.
Riega tus violetas con él y florecerán incluso en invierno. Pero tenga cuidado con las cáscaras de plátano: enterradas en una maceta, atraerán mosquitos.
Es mejor secarlo, molerlo hasta convertirlo en polvo y agregarlo al suelo al momento de replantar.
Y recuerda: si la planta no florece, no la alimente con nitrógeno: esto solo producirá hojas.
Mezcle 1 cucharadita. Levadura seca con una cucharada de azúcar y un litro de agua, dejar reposar durante 2 horas y regar – en una semana aparecerán los brotes. ¡La naturaleza es más inteligente que cualquier química!
Pero también existen fertilizantes “prohibidos”. Por ejemplo, las hojas de té acidifican el suelo y provocan moho. Y el café sólo es apto para azaleas y hortensias.
Otro mito son las cáscaras de huevo. En su forma pura, se descompone con el paso de los años. Muélelo en un molinillo de café y déjelo en remojo en vinagre durante 24 horas: esto hará que el calcio esté disponible para las plantas.
Y no utilices agua de carne: atrae ratas y moscas.
Para los “perezosos” hay una receta estupenda: mezclar ortiga, diente de león y plátano en una licuadora (1:1:1), verter agua y dejar reposar durante una semana.
Colar, diluir 1:10 y regar una vez al mes. Es a la vez fertilizante y protector contra pulgones. Y si las flores están afectadas por pulgones, agregue un diente de ajo a la infusión: las plagas desaparecerán en un día.