¿Tus violetas se están marchitando y tu monstera no quiere producir hojas nuevas? Lo único que necesitas es una botella de la farmacia por unos pocos céntimos.
Amoniaco en la floricultura
Estamos hablando de amoniaco. Añade 3-4 gotas por litro de agua y riega las plantas: el nitrógeno de la composición “revivirá” incluso la flor más triste.
Pero cuidado: no más de una vez al mes, de lo contrario las raíces se quemarán.

El azúcar al rescate
Y para las plantas con flores hay otro truco: el azúcar. Disolver 1 cucharadita en un vaso de agua y regar las orquídeas o rosas. La glucosa estimula la formación de yemas.
Baños de cerveza
Pero eso no es todo. Si las hojas están cubiertas de polvo y han perdido su brillo, límpialas con... cerveza. Dilúyelo con agua 1:1 y tus ficus brillarán como después de una costosa pulverización.
El lúpulo nutre las hojas y la levadura previene las enfermedades.
Para cactus y suculentas, utilizar agua con yodo añadido (1 gota por cada 2 litros). Esto los protegerá de la podredumbre y acelerará la floración.
Aspirina
Otro secreto es la aspirina. Triturar la tableta, disolverla en un litro de agua y pulverizar las plantas. El ácido salicílico refuerza la inmunidad y ayuda a sobrevivir al trasplante.
Y si tus flores sufren de clorosis (hojas amarillas), añade clavos oxidados a la tierra. Suena extraño, pero el hierro del óxido es absorbido por las raíces mejor que los fertilizantes comprados en las tiendas.
¡Y no tires agua fuera del acuario! Contiene bacterias beneficiosas y microelementos. Riega las flores una vez cada dos semanas: los resultados te sorprenderán.
Simplemente no use agua con aditivos para pescado: pueden ser perjudiciales.
Recordamos que las recetas populares no siempre tienen una base científica y por tanto no garantizan un resultado del 100%.