Muchos residentes de verano, al cuidar activamente sus parterres, cometen errores graves que pueden provocar la pérdida de la cosecha.
Uno de los más comunes es el riego inadecuado. Parecería que ¿qué podría ser más sencillo que tomar una manguera y regar las plantas?
Pero este enfoque puede ser perjudicial para su jardín.

El principal error: regar con una manguera debajo de las raíces.
Regar con una manguera desde las raíces es lo primero que les viene a la mente a la mayoría de los residentes de verano. Sin embargo, esta práctica puede hacer más daño que bien.
Un fuerte chorro de agua a presión arrastra el suelo, dejando expuestas las raíces de las plantas. Además, el agua fría que sale de una manguera provoca un auténtico shock en los cultivos delicados, lo que afecta negativamente a su crecimiento y desarrollo.
Alternativa: riego por goteo
Si está cultivando tomates o pimientos, lo mejor es utilizar el método de riego por goteo. Para ello no es necesario adquirir equipos costosos.
El diseño más simple te ayudará: una botella de plástico con agujeros en el fondo. Entiérralo junto al arbusto y llénalo de agua de vez en cuando.
La humedad entrará al suelo gradualmente, teniendo tiempo de calentarse y sin dañar las raíces.
Riego seco para pepinos y calabacines
Los pepinos y los calabacines requieren un enfoque especial. Estos cultivos son aptos para el denominado “riego en seco”.
Se trata de un método en el que se afloja el suelo hasta una profundidad de 5 cm después de cada lluvia. Como resultado, los capilares a través de los cuales se evapora la humedad se destruyen y el agua queda retenida en las capas inferiores del suelo.
De esta manera, las plantas reciben la humedad necesaria sin riesgo de riego excesivo.
El secreto del riego nocturno
Los jardineros experimentados conocen los beneficios del riego nocturno. Este método es especialmente eficaz para proteger las plantas del tizón tardío y aumentar el contenido de azúcar de las frutas.
Se recomienda añadir 1 gota de yodo por litro de líquido al agua de riego. Sin embargo, es importante no exagerar: el exceso de yodo puede ralentizar el crecimiento de las plantas.