Los científicos han hecho un descubrimiento muy inusual sobre las plantas que nos rodean.
Resulta que los representantes de la flora pueden advertirse entre sí sobre posibles peligros.
Pero eso no es todo. Ellas, las plantas, son auténticas mentirosas: son capaces de engañar deliberadamente a sus vecinas.
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Este hecho llegó a conocimiento del personal de la Universidad de Oxford.
Descubrieron que las plantas a menudo envían señales de falsas alarmas para obligar a los competidores a gastar energía en defensa incluso en ausencia de peligro.
Los científicos afirman que a las plantas les resulta más rentable engañar a sus vecinos que comportarse como caballeros, en el marco del altruismo.
Dado que los mecanismos de defensa requieren un gasto considerable de recursos, en caso de un engaño exitoso la planta mentirosa obtiene una ventaja competitiva.
El papel de los hongos
¿Cómo se produce la comunicación y, por tanto, el engaño? A través de la red fúngica subterránea.
La micorriza conecta las raíces de muchas especies de plantas: es una especie de canal de información.
Estos hongos también ayudan a los representantes de la flora a intercambiar nutrientes.
Los científicos también han descubierto que las plantas producen con más frecuencia señales falsas que advertencias genuinas sobre un peligro real.
Hipótesis
Los investigadores plantean dos hipótesis para este comportamiento.
Según el primero, se trata de señales involuntarias que revelan accidentalmente el estado de la planta, como el rubor en una persona.
Las plantas vecinas pueden simplemente “escuchar” estas señales.
La segunda hipótesis está relacionada con la red fúngica: se supone que los hongos, interesados en proteger a todas las plantas, pueden transmitir mensajes de alarma incluso cuando la amenaza es insignificante.
El descubrimiento de los científicos cambia la idea de las plantas como criaturas pasivas.
Ahora se les ve como criaturas activas que aprovechan las oportunidades que se les presentan para luchar estratégicamente por la supervivencia.
Se observa que si es posible comprender cómo controlar las señales de las plantas, esto podría ayudar a crear cultivos más resistentes a plagas y enfermedades.
