Los veraneantes experimentados lo saben: un manzano comido por roedores casi siempre se puede salvar.
Si el daño es menor, puedes ayudar al árbol cubriendo las heridas con barniz de jardín.
Para curar heridas, puedes utilizar una decocción de corteza de tilo. Se deben verter 200 g de corteza en 1 litro de agua y hervir durante 40 minutos.
Esto debe hacerse a principios de primavera. Cuando el caldo se haya enfriado, es necesario colarlo y luego cubrir las áreas dañadas con la masa resultante. El siguiente paso es envolver el tallo con papel grueso. Para mantenerlo en su lugar, átalo con cordel.
Se supone que el árbol debe permanecer en esta forma durante varios meses; este tiempo debería ser suficiente para que sus heridas sanen.
¿No ayudó? No te rindas. Hervir el aceite de girasol, esperar hasta que se enfríe y mezclar con alquitrán. Esta solución debe aplicarse al tronco tres veces al día; después de unos días, la capa de aceite se convertirá en una nueva capa de corteza.
Se debe podar un manzano con daños graves que no se puedan restaurar.
El tronco debe cortarse 1-2 cm por encima de la yema más baja. En la primavera, aparecerá un nuevo brote. Este método se llama “corte de crecimiento inverso” y se recomienda para árboles mayores de cinco años.
No olvide utilizar barniz de jardín para tratar la zona cortada.