Cada primavera, las cocinas se convierten en «campos de pruebas» para la germinación del ajo.
La gente se apresura a deshacerse de los clavos con brotes verdes, no sin razón considerándolos estropeados. ¿Pero qué pasa si este no es el final, sino el comienzo de una nueva vida para el vegetal?
El jardinero Michael Griffiths ofrece un truco de vida inusual.

En lugar de un bote de basura, los dientes germinados deben colocarse en un plato con agua con las raíces hacia abajo y dejarse en el alféizar de una ventana soleada.
En tan solo una semana, crecerán unos verdes jugosos, que recuerdan a las cebollas, pero con un brillante aroma a ajo.
Estos brotes son ideales para añadirlos a tortillas, sopas o como un sabroso acompañamiento a las tostadas. Lo principal es cambiar el agua cada 2-3 días para evitar que se pudra.
¿Cuándo es el momento de decir adiós al ajo?
Las hojas verdes se pueden cortar 4 o 5 veces hasta que los brotes se vuelvan duros y sin sabor. Después de esto, los dientes se envían al compost.
Sin embargo, es importante no perderse el momento en que la verdura se vuelve peligrosa: manchas azuladas o una capa esponjosa son signos de moho.
Realmente este ajo hay que tirarlo sin remordimientos.
Ahora, al conocer los poderes ocultos del ajo germinado, no solo reducirá el desperdicio, sino que también obtendrá una fuente gratuita de vitaminas.
La próxima vez que limpies los cajones de tu cocina, considera lo siguiente: quién sabe, tal vez ese ajo “viejo” esté listo para darte algo nuevo.