¿Alguna vez has pensado que las flores pueden ser no sólo una decoración para tu jardín, sino también protectores confiables de la cosecha?
Esto es especialmente cierto en el caso de las fresas, que a menudo se convierten en el blanco de las plagas.
Hay una flor que puede ahuyentar a los invitados no deseados, y su nombre te sorprenderá. Éstas son... caléndulas.

Las caléndulas no son sólo flores brillantes y sin pretensiones. Tienen la propiedad única de liberar fitoncidas, sustancias que repelen a los insectos.
Los nematodos, pulgones, gorgojos e incluso los escarabajos de Colorado evitan las zonas donde crecen las caléndulas. Pero ¿cómo funcionan exactamente?
Las raíces de caléndula secretan sustancias que inhiben el desarrollo de plagas del suelo como los nematodos. Estos gusanos microscópicos a menudo atacan el sistema de raíces de las fresas, lo que conduce a una disminución del rendimiento.
Al plantar caléndulas junto a las fresas, creará una barrera natural contra estas plagas.
Además, las caléndulas atraen insectos beneficiosos como mariquitas y crisopas. Estos depredadores se alimentan de pulgones y otras plagas que pueden atacar a las fresas. De esta manera, las caléndulas no sólo repelen a los insectos dañinos, sino que también atraen a los beneficiosos.
Pero las caléndulas no son las únicas flores que se pueden plantar junto a las fresas. La caléndula también tiene propiedades protectoras. Repele pulgones, ácaros y otras plagas, además mejora la estructura del suelo.
La capuchina es otra gran opción. Atrae a los pulgones, distrayéndolos de las fresas, y también repele las moscas blancas.
Plantar flores junto a las fresas no sólo es una forma efectiva sino también estética de proteger la cosecha.
Su jardín lucirá brillante y bien cuidado y las fresas se mantendrán sanas y fructíferas. ¡Prueba este método y verás por ti mismo lo sencillo y efectivo que es!