Muchas personas, cuyos alféizares de las ventanas de sus apartamentos están revestidos con macetas con flores de interior, utilizan agua del grifo para regar a sus "mascotas verdes".
Y esto no tiene nada de malo: esa agua es adecuada para la mayoría de las plantas de interior, pero solo si cuida su temperatura.
El caso es que las plantas, al igual que las personas, reaccionan a los cambios bruscos de temperatura.
Esto es lo que pasa cuando riegas tus flores con agua muy fría.
1. Se produce un choque térmico, que puede provocar daños en las raíces, y esta es la parte más importante de cualquier planta, que se encarga de absorber agua y nutrientes.
2. Como resultado de tales acciones, el crecimiento de la planta puede disminuir, porque en lugar de desarrollar nuevos brotes y hojas, la flor comenzará a gastar su energía en regenerarse.
3. Finalmente, el resultado del uso de agua fría para el riego puede ser el color amarillento de las hojas, ya que un líquido demasiado frío altera la actividad vital de las células vegetales.
Si hablamos de las llamadas especies delicadas, por ejemplo, violetas y orquídeas, tal acto puede incluso provocar la muerte de las plantas.