¿Sabías que el amoniaco es sencillamente una herramienta insustituible para el cuidado de flores y cultivos de jardín?
Por ejemplo, si notas que las plumas de la cebolla se han vuelto pálidas y amarillentas, esto significa que el cultivo te está avisando de una falta de nitrógeno.
Se puede reponer mediante el uso de fertilizantes a base de amoniaco.
Para preparar la solución, necesitarás 10 litros de agua y 3 cucharadas de amoniaco. Úselo para regar los canteros de su jardín por la tarde.
Además de que este producto actúa como fertilizante, también protege a las cebollas de su peor enemigo: la mosca de la cebolla.
Incluso plagas como los pulgones no pueden resistir los humos tóxicos del amoníaco.
Para deshacerse de este parásito, disuelva 50 ml de amoniaco en un balde de agua y agregue un cuarto de pastilla de jabón de lavar, que deberá rallar. Este aditivo es necesario para una mejor adherencia.
Y para evitar que los gusanos de alambre dañen los tomates en crecimiento, cuando plantes plántulas de tomate, vierte un poco de solución de amoníaco débil en cada agujero.
Y este remedio sólo beneficiará a las plantas de interior.
Si se ven obligados a tolerar la presencia de mosquitos, regar el suelo de las macetas con una solución compuesta por 25 ml de alcohol y 2 litros de agua sedimentada.
A los lirios, clemátides y geranios les gustará especialmente este procedimiento.
Por cierto, también puedes combatir los mosquitos con pimienta. Muela chile rojo o granos de pimienta negra hasta convertirlos en polvo y espolvoréelos en el suelo.