La peletización es el proceso de recubrir las semillas con una capa protectora que se asemeja al suelo artificial.
Una mezcla de turba, arcilla o componentes minerales no solo aumenta el tamaño de la semilla, sino que la hace conveniente para plantar.
Como una cápsula inteligente, la cubierta contiene un “kit de inicio” para la vida de la planta: fertilizantes, estimulantes del crecimiento y protección contra enfermedades.

Imagínese que cada semilla reciba su propio kit de supervivencia individual: así es como funciona esta tecnología.
Al entrar en contacto con la humedad, la cáscara se disuelve gradualmente, liberando su contenido justo en el momento en que el brote necesita fuerza para abrirse paso hacia la luz.
La ventaja particular de estas semillas se revela en condiciones climáticas caprichosas.
La cáscara actúa como una barrera, suavizando los cambios de temperatura y humedad que a menudo destruyen los delicados brotes.
Y en regiones con suelos pobres, la granulación se convierte en una salvación: los nutrientes de los gránulos compensan la falta de microelementos en el suelo.
Es como darle a la planta un guardaespaldas personal y un nutricionista durante las primeras y más vulnerables semanas de vida.
Sin embargo, detrás de las bolas brillantes a veces se esconde un engaño. Los fabricantes sin escrúpulos sustituyen la composición nutricional con colorantes baratos, convirtiendo la tecnología en una decoración inútil.
Es difícil distinguir una falsificación, pero una señal indirecta es un precio sospechosamente bajo y la falta de información sobre la composición de la carcasa en el embalaje.
Los jardineros experimentados aconsejan elegir marcas probadas y recordar: las semillas granuladas reales nunca serán más ligeras que las originales: su peso siempre se siente en la palma de la mano.