Las cáscaras de plátano son más que sólo una fuente de potasio. Contiene triptófano, una sustancia que estimula la producción de serotonina en las plantas.
Sí, ¡ellos también se “sienten” felices!
Enterrar las cáscaras a 10 cm de profundidad junto a los tomates o pimientos. Pero primero déjelo en remojo en agua durante 2 o 3 días para eliminar cualquier residuo de pesticida.

Otra forma es secar la cáscara y molerla hasta convertirla en polvo. Agréguelo a los agujeros al plantar: esto protegerá las raíces de los nematodos.
Y si viertes agua hirviendo sobre la cáscara y la dejas reposar durante un día, obtendrás fertilizante para flores. Riega las rosas y las petunias con la solución: florecerán una semana antes.
Pero cuidado: la cáscara fresca atrae a las hormigas.
Para evitar infestaciones mézclalo con canela o pimienta roja. En un mes verás como las plantas “cobran vida” incluso en un suelo pobre.
Pero esto es sólo el comienzo. Las cáscaras de plátano son una base ideal para el fertilizante líquido. Congélalo en el congelador, luego descongélalo y tritúralo en una licuadora. Mezclar con agua (1:5) y regar las plántulas. Esto fortalecerá los tallos y acelerará el crecimiento.
La cáscara también protege contra los pulgones: coloque los trozos alrededor de las plantas afectadas: los insectos desaparecerán en un par de días.
Y si estás cultivando setas, añade la cáscara al sustrato. El azúcar y el almidón se convertirán en alimento para el micelio.
Dato interesante: la cáscara contiene sustancias luminiscentes. Entiérrelo bajo cultivos que aman la luz: recibirán más energía incluso en días nublados.
Y no te olvides de las plantas de interior: limpia las hojas con el interior de la cáscara para eliminar el polvo y dar brillo.
Después de una temporada, comprenderás por qué al plátano se le llama “oro” para el jardín.