La primavera en la casa de campo no es sólo la alegría de los primeros días cálidos, sino también una carrera contra el tiempo.
Mientras algunos recogen las hojas del año pasado, otros ya están plantando plántulas en el suelo, y su parcela parece haber cobrado vida en cuestión de días.
El secreto no está en fertilizantes mágicos ni en trabajar las 24 horas del día, sino en la capacidad de utilizar lo que tenemos a mano.

Por ejemplo, los marcos de ventanas viejos se pueden transformar en mini invernaderos para la vegetación temprana.
Colóquelos sobre canteros con rábanos o lechuga: bajo el vidrio, el suelo se calentará una semana antes y la cosecha madurará antes de las vacaciones de mayo.
Otro truco es plantar abono verde en invierno. La mostaza o el centeno sembrados en otoño protegerán el suelo de la congelación y en primavera se pueden segar e incorporar al suelo, convirtiéndolos en fertilizante natural.
No te apresures a retirar todo el mantillo de los canteros. Una fina capa de paja o aserrín dejada hasta mediados de abril protegerá las raíces de las plantas perennes de las heladas nocturnas.
Pero los cultivos que aman el calor (calabazas, pepinos) se plantan mejor en lechos “cálidos”.
Para ello, cava una zanja, llénala hasta un tercio con estiércol y espolvorea tierra encima: la materia orgánica en descomposición calentará las raíces incluso en los días fríos.
Y no te olvides del calendario lunar: sembrar durante la fase de luna creciente acelerará la germinación y desmalezar durante la fase de luna menguante reducirá el crecimiento de malezas.
Los tratamientos de agua para los árboles también son importantes. Antes de que se abran los brotes, vierta agua caliente (60-70 grados Celsius) sobre los troncos y las ramas: esto destruirá las plagas que hibernan.
Y si colocas una película oscura debajo de los manzanos y perales, atraerá los rayos del sol y el suelo se calentará más rápido, despertando las raíces.
Para los macizos de flores, utilice botellas de plástico con el fondo cortado: introduzca sus cuellos en el suelo junto a los tulipanes o narcisos: crearán una cúpula protectora contra el viento y retendrán el calor.