Parece que los árboles son los habitantes más modestos del jardín. ¿Plantado y olvidado?
Esto es exactamente lo que piensan miles de veraneantes hasta que un día el manzano se rompe por el viento o el cerezo deja de dar frutos.
El primer error fatal es aterrizar “tal como sucede”. Si profundizas el cuello de la raíz (el lugar donde el tronco se une a las raíces), el árbol comenzará a pudrirse.

Si plantas demasiado superficialmente, las raíces se secarán. La profundidad ideal es que después de regar y asentar la tierra, el collar quede al nivel del suelo.
Y nunca vierta estiércol fresco en el fondo del hoyo: quemará las raíces. Es mejor mezclar el humus con tierra común.
La poda no es sólo una cuestión de belleza. Los cortes incorrectos se convierten en una puerta de entrada para las infecciones. Por ejemplo, si dejas tocones en las ramas, se pudrirán, y si cortas demasiado cerca del tronco, la herida tardará mucho tiempo en sanar.
Utilice siempre tijeras de podar afiladas y después del trabajo trate los cortes con brea de jardinería o al menos arcilla.
Y no creas el mito de que la poda sólo se puede hacer en primavera. Las ramas secas y enfermas se pueden eliminar en cualquier momento: esperar hasta marzo es peligroso para todo el árbol.
El baúl blanco no es sólo una cuestión estética. El encalado protege la corteza de las quemaduras solares en invierno y principios de primavera, cuando no hay hojas y el sol ya calienta.
Pero es necesario pintar no solo desde abajo, sino también hasta las primeras ramas, de lo contrario, las grietas por heladas (grietas por los cambios de temperatura) arruinarán el tronco.
Y no blanquee los árboles jóvenes con corteza verde: es mejor envolverlos con arpillera o cinta especial.
Regar árboles maduros es una ciencia aparte. Mucha gente vierte el agua directamente debajo del tronco, pero las raíces principales se encuentran a una distancia de un metro y medio de él.
Haz una ranura circular a lo largo de la proyección de la corona y vierte agua allí; de esta manera, la humedad llegará al lugar esperado.
Y recuerda: un cubo grande una vez a la semana es mejor que un vaso todos los días. El árbol debe aprender a buscar agua en las profundidades, de lo contrario sus raíces permanecerán débiles.