El comienzo de la primavera es el momento de sentar las bases de un jardín hermoso y productivo. Comience con la limpieza: retire las hojas viejas, corte las ramas secas, retire la basura.
No se trata sólo de estética, sino también de prevención de enfermedades. Por ejemplo, el follaje del año pasado es un caldo de cultivo para las esporas de hongos y las ramas rotas atraen a los escarabajos de la corteza.
¿Qué hay que hacer en la casa de campo en primavera?
1. Verifique el estado de los árboles y arbustos. Si hay grietas en la corteza, séllelas con brea de jardín. Y para protegerlos de las quemaduras solares, blanquea los troncos con cal.

Agregue sulfato de cobre a la solución (3 cucharadas por cada 10 litros de agua); esto aumentará la protección contra las plagas.
Los árboles jóvenes con corteza lisa se pueden envolver en arpillera o spunbond: aún son sensibles a los cambios de temperatura.
2. Renueve el mantillo en los macizos de flores y parterres del jardín: esto retendrá la humedad e inhibirá el crecimiento de malezas.
Utilice no sólo aserrín, sino también piñas, corteza o fibra de coco: tardan más en descomponerse. Y coloque cartón debajo del mantillo: suprimirá las malas hierbas y con el tiempo se convertirá en humus.
3. Utilice indicadores naturales. Por ejemplo, la floración de la uña de caballo sugiere que puedes sembrar zanahorias y perejil. Y si los dientes de león florecen, es hora de plantar patatas.
Pero no hay que apresurarse con los cultivos amantes del calor: planta pepinos, calabacines y zapallos cuando la temperatura del suelo alcance los +15 grados centígrados.
Qué no hacer
Lo más importante es no exagerar. Dale tiempo a las plantas para que se despierten y al suelo para que se recupere.
Por ejemplo, no debes aflojar los lechos inmediatamente después de que se derrita la nieve; espera hasta que el suelo se seque, de lo contrario lo compactarás aún más.
Y no riegues demasiado las plantas “por si acaso”: el exceso de humedad desplazará el oxígeno del suelo y las raíces comenzarán a pudrirse.
Un truco de vida poco conocido
Cuelgue botellas de plástico transparente llenas de agua amarilla alrededor del jardín. Las plagas de insectos se sienten atraídas por el color brillante y se ahogan en el líquido.
Y para atraer insectos beneficiosos, plante eneldo, milenrama o margaritas: su néctar es amado por las mariquitas y las crisopas, que destruyen a los pulgones.
Por último, no tires las cáscaras de huevo. Pícalo y espolvoréalo alrededor de tus plantas: proporcionará un suplemento de calcio y protección contra las babosas.
Y mezcle los posos de café con la tierra: repelerá a las hormigas y enriquecerá el suelo con nitrógeno. ¡Sigue estos consejos y tu jardín será la envidia de tus vecinos!