¿Riegas todas las noches, pero las plantas se marchitan? Todo es porque crees en mitos.
La primera es “cuanto más a menudo, mejor”. Las raíces acostumbradas al riego superficial no penetran profundamente y mueren durante la sequía.
El segundo mito es “el agua fría es refrescante”. Un cambio brusco de temperatura bloquea la absorción de nutrientes.

La tercera es que “es útil rociar durante el día”. Las gotas en las hojas se transforman en lentes y provocan quemaduras.
La solución es sencilla: regar una vez cada 5 días, pero generosamente.
Utilice agua calentada por el sol y viértala directamente debajo de las raíces.
Y para retener la humedad, cubra los canteros con césped cortado. En un mes las plantas estarán fuertes y la cosecha será jugosa.
Pero hay matices de los que no se habla. Por ejemplo, en las regiones del sur con suelo arenoso, es necesario regar con mayor frecuencia: una vez cada 3 días. Y en suelo arcilloso, el agua se estanca, así que añade arena a los agujeros.
Para saber si es el momento de regar, introduzca el dedo en la tierra hasta una profundidad de 5 cm. Si está seca, continúe.
Para tomates y pimientos, utilice riego por goteo: coloque botellas con agujeros cerca de las raíces. Esto evitará que se seque con el calor.
Y nunca riegue cuando hace viento: la humedad se evapora más rápido de lo que llega a las raíces.
Dato interesante: las plantas “beben” más durante la noche. Riégalos después del atardecer y tendrán tiempo de saciarse antes del amanecer.