Incluso un jardinero novato puede cultivar fresas: lo principal es conocer un par de reglas.
Por lo tanto, definitivamente vale la pena familiarizarse con las señales que indican que es hora de tirar los arbustos y reemplazarlos por otros nuevos.
Los arbustos han envejecido
El periodo de cultivo de las fresas es de unos 3-4 años: si plantas la planta en otoño, podrás cosecharla en la primavera siguiente, aunque sea en pequeñas cantidades. El segundo año es el año de máxima fructificación, y a partir del tercer año el número de frutos comienza a disminuir.
Este hecho indica que es hora de un cambio: si no cuidas tu planta de fresas, corres el riesgo de quedarte sin bayas.
Estos arbustos se pueden trasplantar a otro lecho y, si no queda espacio libre en la parcela, habrá que plantar otros nuevos.
Las bayas son secas y pequeñas.
Si la fresa se niega a dar frutos en el segundo y tercer año, vale la pena examinar más de cerca el lugar donde crece.
La falta de cosecha puede deberse al cultivo de fresas en la sombra: no plantes parterres a la sombra, bajo arbustos o árboles, en el lado norte de la parcela, etc.
También pueden aparecer frutos pequeños y secos si las fresas se plantaron después de las solanáceas: seleccione con cuidado los predecesores de esta planta.
En este caso, tampoco puedes prescindir de replantar: ningún abono ni cuidado servirá de nada.
Las fresas están enfermas
¿Has notado que cada vez aparecen más bayas podridas en los arbustos o que los frutos están cubiertos con una capa blanca? Esto es un síntoma de una enfermedad en la planta, como por ejemplo arbustos que se secan sin motivo o manchas marrones en las hojas.
Con un diagnóstico oportuno, se puede intentar combatir la enfermedad, pero en casos avanzados no queda más remedio que tirar los arbustos infectados.
Después de esto es necesario desinfectar el área. Lamentablemente, no se podrá utilizar para el cultivo de fresas durante los próximos 4 a 6 años.