Olvídate de las cajas de plántulas y las lámparas fitoeléctricas: estas flores brotarán incluso si simplemente arrojas las semillas al suelo.
Por ejemplo, la caléndula. Sus “soles” anaranjados no sólo decorarán el parterre, sino que también repelerán a los nematodos. Siembralo directamente en el suelo en abril y en un mes la zona brillará de colores.
Otro campeón es el aciano. Esparce las semillas a lo largo de los bordes de tus canteros y brotarán incluso en las rocas.

Y si quieres un acento vertical, planta guisantes de olor. Sus brotes treparán por la valla y su aroma llenará todo el jardín.
No tengas miedo de experimentar: mezcla semillas de amapola, cosmos y lino y en un par de semanas tendrás un prado salvaje al estilo provenzal.
Lo principal es no enterrarlos demasiado profundamente. Espolvorear con 0,5 cm de tierra, regar y cubrir con film hasta que emerjan las plántulas.
Y recuerda: las plantas anuales como la capuchina o la eschscholzia se pueden sembrar cada 2 semanas; de esta manera, la floración no se interrumpirá hasta las heladas.
Después de una temporada, comprenderás que las plántulas son para los débiles.
Pero hay matices. Por ejemplo, la gloria de la mañana solo brotará en suelo cálido: siembre a fines de mayo. Las margaritas prefieren sombra parcial: esparce semillas debajo de un manzano y florecerán como una alfombra.
El nomeolvides es adecuado para zonas húmedas: sus flores azules adoran la humedad.
Y el último truco: si mezclas semillas de caléndula con arena, será más fácil distribuirlas uniformemente.
En dos meses, tu parcela se convertirá en un paraíso para mariposas y abejas. ¡Y nada de plántulas!