La enfermedad, conocida como tizón tardío, afecta a las plantas como resultado de la propagación de un hongo protozoario.
Tiene una capacidad de reproducción tan fenomenal que en tan solo una noche puede convertir un poderoso arbusto en una momia seca, que está “decorada” con frutos ennegrecidos.
Las esporas de hongos se propagan con los tubérculos de patata. Aquí pasan el invierno y, en la primavera, al despertarse, se encuentran en camas con tomates.
Si nota pequeñas manchas marrones con una capa blanquecina en las hojas, tallos y frutos, puede estar seguro de que se trata del mismo tizón tardío.
La enfermedad se propaga de abajo hacia arriba.
Si el clima es seco, el tejido afectado se seca y muere. Si hay humedad fuera de la ventana, comienzan los procesos de descomposición.
En ambos casos, las plantas mueren, sus frutos no se pueden comer y sus semillas no se pueden utilizar para una mayor propagación.
Afortunadamente, los residentes de verano experimentados conocen una forma eficaz de combatir el tizón tardío. Implica el uso de alambre de cobre.
Tan pronto como el tallo del tomate se fortalezca, conviene perforarlo con un trozo de alambre y dejarlo así. Se inserta alambre de cobre en el tallo debajo de la primera hoja verdadera.
Importante: antes de esto, el cobre debe limpiarse y limpiarse de suciedad.
Este procedimiento se lleva a cabo dos semanas antes del trasplante o dos semanas después.
Si los tomates ya han sido trasplantados, el alambre se coloca a una distancia de 40-50 mm del suelo amontonado alrededor del arbusto.