Imagínate: pepinos del tamaño de un calabacín, jugosos, crujientes y sin una pizca de amargor.
El secreto no está en los fertilizantes caros, sino en el peróxido de hidrógeno común y corriente, que cuesta unos céntimos en cualquier farmacia.
Comenzamos preparando los agujeros: dos días antes de plantar las plántulas, cavamos agujeros de 15 cm de profundidad y vertemos en cada uno 500 ml de solución de peróxido de hidrógeno (3 cucharadas de solución al 3% por 1 litro de agua). Esto matará las bacterias patógenas y saturará el suelo con oxígeno.

Al plantar, agregue otras 2 cucharadas de peróxido mezcladas con un puñado de ceniza de madera al hoyo. Este cóctel estimula el crecimiento de las raíces y protege contra la podredumbre.
Cuando las vides comiencen a curvarse, rocíe las hojas con una mezcla de 1 litro de agua, 1 cucharada de peróxido y una cucharadita de miel. La miel atraerá a las abejas y el peróxido evitará el mildiú polvoroso.
Repita el tratamiento cada 10 días, pero sólo temprano en la mañana o después del atardecer: los rayos del sol pueden causar quemaduras.
Si desea acelerar el crecimiento de los ovarios, riegue los pepinos desde las raíces una vez por semana con una solución de peróxido de hidrógeno (1 cucharada por cada 5 litros de agua). El oxígeno activa la absorción de nutrientes y las frutas se llenarán el doble de rápido.
Pero tenga cuidado: exceder la dosis provocará el amarilleamiento de las hojas. Si nota algún signo alarmante, enjuague el suelo con agua limpia y espolvoréelo con carbón triturado.
Para obtener el máximo efecto, combine el peróxido con fertilizantes orgánicos: una vez al mes, riegue los pepinos con infusión de ortiga (1 kg de verduras por 10 litros de agua, deje reposar durante 3 días).
Nunca utilice peróxido junto con fertilizantes químicos: esto provocará reacciones de oxidación que son peligrosas para las plantas.
Recoge los pepinos cada dos días, incluso si parecen pequeños: los frutos demasiado grandes ralentizan la formación de nuevos ovarios.
Conserva la cosecha en un lugar fresco, envuelta en un paño húmedo: de esta manera se mantendrán jugosas hasta tres semanas.