La plantación de un manzano en otoño es un proceso responsable del que depende el futuro del árbol.
Un hoyo adecuadamente preparado sirve como base para un crecimiento saludable y una fructificación abundante.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación de la red BelNovosti, agrónoma y paisajista, enfatiza: el secreto del éxito reside en una mezcla cuidadosamente seleccionada de fertilizantes y nutrientes.
Tamaño y forma del hoyo de plantación.
Antes de empezar a rellenar el agujero, debes prestar atención a su tamaño y forma.
Los parámetros óptimos para plantar un manzano en otoño son 80-100 cm de diámetro y 60-70 cm de profundidad. La forma redonda o cuadrada del agujero asegura una distribución uniforme del sistema radicular.
El drenaje como base para unas raíces sanas
La primera capa en el hoyo debe proporcionar un buen drenaje. Para hacer esto, coloque ladrillos rotos, grava o arena gruesa en el fondo en una capa de 10-15 cm.
Una almohada de este tipo evitará el estancamiento del agua y proporcionará a las raíces el acceso de oxígeno necesario.
Componentes principales de la mezcla nutricional.
La capa fértil de suelo se mezcla con fertilizantes orgánicos y minerales. La mezcla suele incluir:
• Humus o compost (2-3 cubos);
• turba (1-2 cubos);
• Ceniza de madera (0,5-1 kg);
• Superfosfato (200-300 g); Fertilizantes potásicos (100-150 g).
Las proporciones pueden variar según la composición inicial del suelo del sitio.
Características de la fertilización.
Es importante recordar que el estiércol fresco no es adecuado para un hoyo de plantación de manzanos. Puede provocar quemaduras en las raíces y ralentizar el crecimiento de la plántula.
En su lugar, utilice estiércol podrido o abono de alta calidad.
Encalado de suelos ácidos
Si la acidez del suelo es alta, se añade al hoyo harina de cal o dolomita (200-300 g por hoyo).
Los manzanos prefieren suelos ligeramente ácidos o neutros, por lo que ajustar el pH es de gran importancia para su desarrollo.
Microelementos para una nutrición completa
Para enriquecer el suelo con microelementos, puede agregar a la mezcla fertilizantes complejos especiales o preparaciones que contengan boro, manganeso y zinc.
Estos elementos contribuyen a una mejor absorción de los nutrientes esenciales.
Aditivos naturales para mejorar la estructura del suelo.
La arena o la arcilla fina expandida (1-2 cubos) mejoran la estructura de los suelos arcillosos pesados, proporcionando una mejor aireación.
En suelos arenosos ligeros, por el contrario, se añade arcilla para retener la humedad y los nutrientes.
Activadores de crecimiento biológico.
Los jardineros modernos suelen utilizar productos biológicos que contienen microorganismos beneficiosos.
Estos productos mejoran la tasa de supervivencia de las plántulas y estimulan el desarrollo del sistema radicular.
Relleno del hoyo capa por capa.
La mezcla de nutrientes se agrega al hoyo en capas, alternando con tierra limpia.
Este enfoque asegura una distribución uniforme del fertilizante y evita una concentración excesiva alrededor de las raíces.
Etapa final de preparación.
La capa superior del hoyo (15-20 cm) se llena con tierra fértil sin fertilizantes.
Esto permite que la plántula se adapte gradualmente y estimula las raíces para que crezcan más profundamente en los nutrientes.
Riego y acolchado
Después de plantar, el manzano se riega abundantemente y se cubre el círculo del tronco. Como mantillo se utilizan turba, aserrín o paja.
Esta capa retiene la humedad y protege las raíces de las heladas durante el primer invierno.