El final del otoño es el momento ideal para fertilizar las grosellas, lo que sienta las bases para la futura cosecha.
Los fertilizantes seleccionados adecuadamente ayudarán a los arbustos a sobrevivir el invierno y ganar fuerza para el despertar primaveral.
Los jardineros experimentados saben que la alimentación en noviembre es la clave para la salud y productividad de los arbustos de bayas.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, agrónoma y paisajista, compartió importantes recomendaciones.
La importancia de la alimentación otoñal
La alimentación otoñal de las grosellas juega un papel importante en el ciclo de vida de la planta. Durante este período, los arbustos se preparan para el letargo invernal, acumulando nutrientes en las raíces y ramas.
La aplicación de fertilizantes en noviembre ayuda a fortalecer la inmunidad de las plantas, aumenta su resistencia a las heladas y proporciona una reserva de fuerzas para el despertar primaveral.
Los elementos nutricionales seleccionados adecuadamente ayudan a las grosellas a formar cogollos fuertes, a partir de los cuales se desarrollarán bayas grandes y jugosas la próxima temporada.
Abonos orgánicos para grosellas.
El compost se considera uno de los mejores fertilizantes orgánicos para grosellas. Enriquece el suelo con humus, mejora su estructura y aporta a las plantas un complejo de nutrientes esenciales.
Para aplicar el compost, se cavan surcos poco profundos alrededor del arbusto, en los que se coloca el fertilizante y luego se incorpora al suelo.
El estiércol podrido es una excelente fuente de nitrógeno, potasio y fósforo. Se aplica a razón de 4-5 kg por arbusto adulto.
El estiércol se distribuye uniformemente alrededor de la planta y se incorpora a la capa superior del suelo. No se recomienda el uso de estiércol fresco ya que puede provocar quemaduras en las raíces y favorecer el crecimiento de malas hierbas.
La turba enriquece el suelo con materia orgánica y mejora su estructura. Su uso es especialmente importante en suelos arcillosos pesados. La turba se aplica a los troncos de los árboles de grosella en una capa de 2-3 cm, ligeramente incrustada en el suelo.
Fertilizantes minerales
Los fertilizantes de fósforo son especialmente importantes para la alimentación de grosellas en otoño. Contribuyen al desarrollo del sistema radicular y aumentan la resistencia de las plantas al invierno. Se añade superfosfato a razón de 30-40 g por metro cuadrado de círculo del tronco del árbol.
Los fertilizantes de potasio ayudan a las grosellas a prepararse para el invierno, aumentando la resistencia a las bajas temperaturas y las enfermedades. El sulfato de potasio o el magnesio de potasio se utilizan en una dosis de 20 a 25 g por metro cuadrado.
Los fertilizantes minerales complejos, desarrollados específicamente para cultivos de bayas, contienen un conjunto equilibrado de macro y microelementos. Su uso simplifica el proceso de alimentación y proporciona a las plantas todas las sustancias necesarias.
Características de la fertilización.
Hay varios factores importantes a considerar al fertilizar en noviembre. La fertilización se realiza en tiempo seco, cuando la temperatura del aire aún no ha bajado de cero.
Los fertilizantes se distribuyen uniformemente alrededor del arbusto, alejándose del tronco entre 20 y 30 cm para evitar quemaduras en la corteza.
Después de aplicar fertilizantes minerales, se debe aflojar y regar el suelo.
El procedimiento se considera completo después de cubrir el círculo del tronco del árbol con turba, compost o aserrín podrido. Una capa de mantillo protege las raíces de la congelación y retiene la humedad en el suelo.
La dosis de fertilizante depende de la edad del arbusto y de la fertilidad del suelo. Las plantas jóvenes necesitan menos nutrientes que los arbustos frutales maduros. En suelos pobres se aumenta la dosis de fertilizante y en suelos fértiles se reduce.
Reglas de seguridad al alimentar.
Cuando se trabaja con fertilizantes se deben tomar precauciones.
Utilice guantes y gafas de seguridad para evitar el contacto con la piel y los ojos. Después de aplicar fertilizante, lávese bien las manos y las herramientas.
No exceda las dosis recomendadas, ya que un exceso de nutrientes puede dañar a las plantas tanto como su deficiencia.
Evite aplicar fertilizantes en suelos congelados o anegados, ya que en tales condiciones no son absorbidos por las plantas y pueden pasar al agua subterránea.
Métodos de alimentación alternativos
Los fertilizantes verdes, o abonos verdes, sirven como una excelente alternativa a los fertilizantes tradicionales. Se siembran en hileras de grosellas a finales de verano. En noviembre, el abono verde forma una masa verde que se incrusta en el suelo. La mostaza, la phacelia o el centeno enriquecen el suelo con materia orgánica y mejoran su estructura.
La ceniza de madera contiene potasio, calcio y oligoelementos necesarios para las grosellas. Se aplica en otoño a razón de 100-150 g por metro cuadrado de círculo del tronco del árbol. La ceniza no solo nutre las plantas, sino que también reduce la acidez del suelo.
La infusión de ortiga es un eficaz fertilizante orgánico, rico en nitrógeno y microelementos. Se prepara infundiendo ortigas trituradas en agua durante una semana, después de lo cual se diluye y se utiliza para regar las grosellas.