El ajo de invierno atrae a los jardineros por su sencillez y su alto rendimiento.
Sin embargo, para obtener una cosecha de alta calidad, es necesario proporcionar al ajo las condiciones adecuadas. El elemento más importante es el suelo adecuadamente seleccionado.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, científica agrónoma y paisajista, nos dijo qué hacer en tal situación.
Suelo óptimo para el ajo de invierno.
El ajo de invierno necesita un suelo suelto, fértil y con buena aireación. La opción más adecuada para ello es el suelo arcilloso o arenoso.
Esta composición permite que el aire y la humedad se distribuyan uniformemente, lo que tiene un efecto positivo en el desarrollo del sistema radicular.
El papel de la acidez del suelo.
Para el correcto crecimiento del ajo, el nivel de acidez del suelo juega un papel clave.
El indicador ideal es un ambiente ligeramente ácido o neutro con un pH en el rango de 6-7. En caso de suelo demasiado ácido, se recomienda encalar para neutralizar el exceso de acidez.
Drenaje y humedad
El agua estancada es extremadamente desfavorable para el ajo de invierno. Para evitar que las raíces se pudran, se recomienda proporcionar un drenaje de alta calidad.
El suelo debe retener la humedad, pero no estar demasiado mojado, ya que el ajo prefiere una humedad moderada.
Fertilizantes y nutrientes
La fertilidad del suelo es un factor importante para obtener cabezas de ajo grandes y fuertes.
Se recomienda preparar el suelo con antelación añadiendo abonos orgánicos como estiércol podrido o compost.
El ajo también responde positivamente a los suplementos de fósforo y potasio, que estimulan la formación de dientes grandes.
Preparando el suelo antes de plantar.
Antes de plantar ajo de invierno, es necesario preparar cuidadosamente el suelo. El lecho se excava a una profundidad de al menos 25 cm, eliminando malas hierbas y piedras grandes. 2-3 semanas antes de plantar, se recomienda fertilizar el suelo con materia orgánica y dejar que se asiente.