La siembra de ajo en otoño se considera, con razón, uno de los momentos más emocionantes para los jardineros.
Un suelo adecuadamente preparado es la clave para un invierno exitoso y una rica cosecha la próxima temporada. Pero, ¿cuáles son los ingredientes secretos que debes agregar al suelo para obtener una rica cosecha de ajo?
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, científica agrónoma y paisajista, nos dijo cómo actuar.
La base del éxito: el análisis del suelo
Antes de recoger una pala y fertilizante, los jardineros experimentados recomiendan realizar una prueba del suelo.
El ajo prefiere suelos ligeramente ácidos o neutros con un pH de 6,5 a 7,0. Si el suelo es demasiado ácido, se debe encalar 2-3 semanas antes de plantar.
Orgánicos: la base de la fertilidad
Los fertilizantes orgánicos proporcionan la base de la nutrición del ajo. El humus o compost añadido al suelo al preparar el lecho proporcionará a las plantas los nutrientes necesarios durante todo el período de crecimiento. Por 1 metro cuadrado. m de lecho, se recomienda añadir 4-5 kg de materia orgánica.
Ceniza: complejo mineral natural
La ceniza de madera permite enriquecer el suelo con potasio, fósforo y microelementos. No sólo mejora la estructura del suelo, sino que también ayuda a proteger el ajo de enfermedades. Por 1 metro cuadrado. m de lecho, basta con añadir 100-150 g de ceniza.
Arena: mejorando el drenaje
Al ajo no le gusta el agua estancada, por lo que en suelos arcillosos pesados se recomienda agregar arena. Mejorará el drenaje y evitará que los bulbos se pudran durante la invernada. Por 1 metro cuadrado. m de lecho, se pueden agregar 1-2 cubos de arena.
Superfosfato: para raíces fuertes
Los fertilizantes con fósforo contribuyen al desarrollo de un poderoso sistema de raíces, lo cual es especialmente importante para el ajo de invierno.
Se agrega superfosfato a razón de 20-30 g por 1 metro cuadrado. m camas.
Sulfato de potasio: para cabezas grandes
El potasio ayuda al ajo a formar cabezas grandes y bien almacenadas. Se agrega sulfato de potasio en una cantidad de 15 a 20 g por 1 metro cuadrado. metro.
Fertilizantes nitrogenados: con precaución
En otoño, el ajo no necesita mucho nitrógeno. El exceso de fertilizantes nitrogenados puede provocar un crecimiento excesivo de masa verde y una reducción de la resistencia a las heladas. Si el suelo es pobre, se puede añadir un poco de urea (10-15 g por 1 m2).
Microelementos: vitaminas para el ajo.
El boro, el manganeso, el cobre y el zinc desempeñan un papel importante en el desarrollo del ajo. Se pueden aplicar en forma de microfertilizantes complejos, siguiendo las instrucciones del envase.
Estimulantes naturales del crecimiento
Algunos jardineros añaden una infusión de cáscaras de cebolla o aloe a los agujeros al plantar ajo. Estos estimulantes naturales ayudan a que los dientes echen raíces más rápido y aumentan su resistencia a las enfermedades.
Abono verde: abono verde
La siembra de abono verde (mostaza, phacelia, arveja) un mes antes de plantar el ajo ayuda a enriquecer el suelo con materia orgánica y mejora su estructura. Antes de plantar ajo, se incorpora abono verde al suelo.
Mantillo: protección contra heladas
Aunque el mantillo no se aplica directamente al suelo, juega un papel importante en la protección de las plantas de ajo. Después de plantar, el lecho se puede cubrir con turba, humus o compost en una capa de 2-3 cm. Esto protegerá los dientes de la congelación y proporcionará nutrición adicional.