El otoño no es sólo la época de la cosecha, sino también un período crucial en la preparación de una parcela personal para el invierno.
Una parte importante de este proceso es la eliminación de restos de plantas y otros restos, que juega un papel clave en la prevención de la propagación de enfermedades y plagas en la próxima temporada.
En este artículo, veremos los principales tipos de desechos que deben eliminarse de su jardín antes de que llegue el clima frío y explicaremos por qué es importante para la salud de su jardín.
Presta atención a la zona de las raíces de los árboles frutales.
Aquí se acumulan frutos podridos y dañados, que algunos jardineros dejan con la esperanza de recibir fertilizante natural. Pero este enfoque puede causar problemas. Los frutos podridos son un ambiente ideal para el desarrollo de patógenos y plagas. Pueden convertirse en una fuente de infección que se extenderá por todo el jardín en primavera.
Intenta superar tu pereza y comienza a recolectar frutas caídas y dañadas para enviarlas a la pila de abono. Dado que el compost tarda en promedio unos dos años en madurar, los patógenos morirán y el material orgánico se convertirá en un fertilizante seguro y nutritivo para su jardín.
Comience a limpiar los restos de plantas de sus parterres
Las copas de los cultivos de hortalizas pueden convertirse en un refugio para esporas de enfermedades fúngicas, huevos de plagas y otros patógenos.
Recójalo con cuidado y agréguelo al abono o quémelo para producir cenizas. Las cenizas resultantes se pueden esparcir sobre los lechos durante el proceso de excavación de otoño o dejarlas hasta la primavera para utilizarlas antes de plantar nuevos cultivos.
Recoger hojas caídas
Algunos jardineros creen que las hojas son mantillo y fertilizante natural, pero a menudo son una fuente de daño para el jardín más que de beneficio, especialmente si ha notado signos de enfermedades fúngicas en su área.
Las hojas pueden contener esporas de patógenos que hibernan con éxito y atacan a las plantas con renovado vigor en la primavera, y una gruesa capa de follaje crea condiciones favorables para el moho, los hongos y atrae a los roedores.
A finales del otoño, comience a recolectar hojas y abono o quémelos.