La cosecha de ajo es un paso importante en la temporada de jardinería. Una vez retiradas las fragantes cabezas del suelo, surge la cuestión de restaurar la fertilidad del suelo.
La elección correcta de los fertilizantes y el enfoque de procesamiento del sitio determinarán el éxito de futuras plantaciones en este lugar.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, agrónoma y paisajista, recordó a los veraneantes lo más importante.
Fertilizantes organicos
El compost es una de las mejores opciones para regenerar la tierra después del ajo.
La adición de compost bien descompuesto enriquece el suelo con materia orgánica, mejora su estructura y favorece el desarrollo de microorganismos beneficiosos.
Se recomienda aplicar 3-5 kg de compost por metro cuadrado, distribuyéndolo uniformemente por la superficie e incorporándolo a la capa superior de tierra.
El estiércol también restaura eficazmente la fertilidad del suelo. Sin embargo, sólo se debe utilizar estiércol podrido para evitar “quemar” las raíces de futuras plantas y la propagación de malas hierbas. La tasa de aplicación es de 4 a 6 kg por metro cuadrado.
Es mejor incrustar estiércol en el suelo a una profundidad de 10 a 15 cm.
Fertilizantes verdes
Sembrar abono verde después de cosechar el ajo es una excelente manera de mejorar la estructura del suelo y enriquecerlo con nitrógeno.
La mostaza, la phacelia o la arveja forman rápidamente una masa verde que luego se incorpora al suelo.
El abono verde no solo enriquece el suelo con nutrientes, sino que también suprime el crecimiento de malezas y previene el desarrollo de plagas y enfermedades.
Fertilizantes minerales
Los fertilizantes de fósforo y potasio se aplican en otoño para reponer los elementos que consume el ajo. El superfosfato (30-40 g/m) y el sulfato de potasio (20-25 g/m) mejoran la estructura del suelo y aumentan su fertilidad. Estos fertilizantes se pueden aplicar por separado o como parte de mezclas otoñales complejas.
ceniza de madera
La ceniza es una valiosa fuente de potasio, fósforo y oligoelementos. Después de cosechar el ajo, puedes añadir 100-150 g de ceniza por metro cuadrado.
Además de enriquecer el suelo con nutrientes, la ceniza ayuda a desoxidarlo, lo cual es especialmente importante en áreas con alta acidez.
Encalado del suelo
El ajo prefiere suelos ligeramente ácidos, por lo que es posible que sea necesario encalarlo después de la cosecha.
La harina de dolomita o la cal apagada aplicada en el otoño ayudarán a normalizar el pH del suelo. La dosis de aplicación depende de la acidez inicial y oscila entre 300 y 500 g por metro cuadrado.
Acolchado
Cubrir el suelo con mantillo después de fertilizar ayuda a retener la humedad, prevenir el crecimiento de malezas y proteger los microorganismos del suelo.
Puedes utilizar recortes de césped, paja u hojas caídas como mantillo. Se distribuye uniformemente una capa de mantillo de 5 a 7 cm de espesor sobre la superficie del suelo.
Rotación de cultivos
Es importante recordar observar la rotación de cultivos. Después del ajo, no se recomienda plantar cultivos de la familia de las cebollas.
Los mejores antecesores serán las legumbres, la calabaza o los cultivos crucíferos. La rotación adecuada de las plantas ayuda a prevenir el agotamiento del suelo y reduce el riesgo de desarrollo de enfermedades.