Como regla general, el procesamiento de los tomates se produce durante todo el desarrollo del cultivo de hortalizas.
Sólo un enfoque tan responsable garantizará la protección contra el tizón tardío.
Si omite al menos una pulverización, aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Esto es especialmente peligroso durante la fructificación, porque muchos productos ya no se pueden utilizar en esta etapa.
Sin embargo, existe un método sencillo que no sólo superará el tizón tardío, sino que tampoco dañará el cultivo.
¿En qué consiste?
Resulta que la sal común puede acudir al rescate. Será una excelente manera de salir de esta difícil situación. Necesitará tomar doscientos gramos de sal fina y disolverla en diez litros de agua.
Posteriormente es necesario enviar el producto a un recipiente pulverizador y realizar el tratamiento.
La sal destruirá la parte superior, pero los tomates casi maduros permanecerán ilesos. Por tanto, este método no se puede utilizar como medida preventiva ni en etapas anteriores del desarrollo del tomate.
Esta es una medida extrema pero efectiva.