Todo jardinero sueña con pepinos jugosos y dulces, pero a menudo sucede que las verduras adquieren un sabor amargo desagradable.
Esto se convierte en un verdadero problema, especialmente después de largos esfuerzos de cultivo.
El amargor de los pepinos puede deberse a un riego inadecuado, condiciones estresantes o incumplimiento de los requisitos agrotécnicos.
¿Cómo regar correctamente los pepinos para evitar este desagradable fenómeno?
El efecto del estrés sobre el sabor de los pepinos.
Los pepinos son muy sensibles a las condiciones de crecimiento.
Factores de estrés como cambios bruscos de temperatura, falta de humedad o exceso de luz pueden provocar la acumulación de cucurbitacinas en las frutas, sustancias que provocan un sabor amargo.
Un riego adecuado ayuda a minimizar el estrés y proporciona a la planta condiciones cómodas para su crecimiento.
Frecuencia y tiempo de riego.
La primera regla para regar pepinos con éxito es la regularidad. Los pepinos necesitan una humedad estable del suelo.
Se deben regar por la mañana o por la noche para evitar la evaporación de la humedad durante las horas calurosas del día.
El rocío de la mañana que penetra en el suelo ayuda a mantener la humedad, y el riego nocturno les da tiempo a las plantas para hidratarse durante la noche.
Cantidad de agua para riego
Es importante saber cuándo parar: el exceso de agua puede ser tan perjudicial como su falta. A los pepinos les encanta el suelo húmedo, pero no inundado.
La cantidad óptima de agua es de unos 10 litros por metro cuadrado de lecho.
Durante el período de floración y formación de frutos, aumenta la necesidad de agua, por lo tanto, controle el estado del suelo y humedézcalo según sea necesario.
Temperatura del agua
La temperatura del agua también juega un papel importante. El agua fría puede afectar a las plantas, ralentizar su crecimiento y provocar amargor.
Utilice agua tibia a temperatura ambiente. Esto creará condiciones cómodas para el sistema radicular y mejorará la absorción de humedad.
Métodos de riego
Existen varios métodos de riego que se pueden utilizar para los pepinos. Uno de los más eficaces es el riego por goteo.
Asegura un suministro uniforme de agua a las raíces, evitando la desecación y el encharcamiento del suelo.
Una alternativa es utilizar una regadera con un pico largo para regar las raíces.
Mantener la humedad del suelo
Utilice mantillo para mantener la humedad constante del suelo.
Cubrir el suelo con una capa de material orgánico, como paja o aserrín, ayuda a retener la humedad y evita que se evapore rápidamente.
El acolchado también mejora la estructura del suelo y promueve un mejor desarrollo de las raíces.
Prevención de enfermedades
El exceso de humedad puede provocar el desarrollo de enfermedades fúngicas como el mildiú polvoriento o la pudrición de la raíz.
Para evitar esto, asegúrese de que las plantas estén bien ventiladas, evite que el agua entre en contacto con las hojas y los tallos y elimine periódicamente las partes dañadas y enfermas de las plantas.
Alimentar y beber
El riego adecuado debe combinarse con la nutrición de las plantas. La falta de nutrientes también puede provocar un amargor en los pepinos.
Utilice fertilizantes orgánicos o complejos minerales que contengan nitrógeno, fósforo y potasio.
Lo mejor es fertilizar durante el riego para que los nutrientes lleguen más rápido al sistema radicular.
Teniendo en cuenta las condiciones climáticas.
Al regar pepinos, tenga en cuenta las condiciones climáticas de su región.
En climas cálidos y secos, las plantas necesitan riego más frecuente y en climas fríos y lluviosos, menos.
Compruebe la humedad del suelo con regularidad y ajuste el programa de riego según el clima.
¿Por qué controlar el estado de las plantas?
Vigilar el estado de las plantas. Las hojas que se vuelven amarillas o se rizan pueden indicar problemas de riego.
Inspeccione sus plantas con regularidad para detectar signos de estrés o enfermedad y tome medidas para corregirlos.
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