¡Oh, estos estorninos! Si adquieren el hábito de comerse las cerezas, es un desastre.
Y por mucho que pelearan con ellos, por mucho que espantapájaros y altavoces usaran para asustarlos, a los pájaros no les importaba.
Pero aquí surge una paradoja: estos representantes de la fauna, a quienes les encanta comer gratis, sugirieron ellos mismos cómo disuadirlos de los frutos de los árboles.
La gente notó que las cometas les daban miedo. Por casualidad, una vez alguien lanzó uno de estos al cielo y una bandada de voraces estorninos se dispersó al instante.
Los pájaros probablemente consideraron que la cometa era una amenaza para ellos mismos.
Al darse cuenta de esto, algunos jardineros y residentes de verano comenzaron a atar la cometa a los árboles; ésta, flotando en el aire, ahuyentó a la bandada de plumas.
Fijar la cometa a un árbol no es ningún problema. Incluso puedes acercarte al baúl: se levantará, susurrará e infundirá miedo y asombro en el alma de los estorninos.
Por cierto, de esta forma la cometa protege no solo las cerezas, sino también las fresas.
Anteriormente, se nombró una planta que ayudará a obtener una deliciosa cosecha de frambuesa.