Las grosellas tienen un sistema de raíces ubicado cerca de la superficie del suelo. A todas las variedades de grosellas no les gusta la sequía: la falta de humedad puede provocar la pérdida de cultivos.
Además, estos arbustos no responden bien a los daños mecánicos en las raíces que pueden producirse al desyerbar o aflojar la tierra.
Basándose en todo lo anterior, la experta de la publicación de la red BelNovosti, la científica agrónoma y paisajista Anastasia Kovrizhnykh recomienda no aplicar fertilizantes incrustándolos en el suelo, sino alimentar los arbustos de manera un poco diferente.
Debes hacer varios agujeros alrededor de la planta y agregarles fertilizante, una cucharadita en cada hoyo.
Eso no es todo: un jardinero que quiera conseguir una fructificación abundante de grosellas siempre debe tener en cuenta que esta planta, como ninguna otra, necesita mantillo.
El acolchado ayuda al jardinero a resolver muchos problemas: evita que el suelo se seque, protege las plantas del mildiú polvoriento y las malas hierbas, así como de las influencias ambientales negativas y, finalmente, sirve como una excelente fuente de nutrientes.
El acolchado se puede combinar con la fertilización colocando un cubo de estiércol bien descompuesto debajo del arbusto.
Si no hay humus disponible, cubra las grosellas con paja, heno o cartón. El aserrín se considera el mejor mantillo.
Para evitar que el aserrín acidifique el suelo, es necesario tratarlo con una solución de urea o nitrato de amonio (1 cucharada por cubo de agua). Sin embargo, lo más eficaz a este respecto es el uso de suero sin diluir.
El aserrín, empapado en suero hasta que esté húmedo, se coloca debajo de los arbustos en una capa gruesa. Gracias a este mantillo, esta temporada ya no será necesario aplicar fertilizantes nitrogenados adicionales para las grosellas.
Anteriormente, el experto dijo que no se debe plantar junto al calabacín.