Generalmente hay varias razones para este problema.
El más común de ellos es la deficiencia de humedad.
Al plantar un árbol frutal de este tipo, se debe tener en cuenta que sus raíces no pueden absorber la humedad necesaria de las profundidades, ya que el sistema de raíces es bastante superficial.
Por eso, cuando hace calor tendrás que regar la ciruela.
No te olvides del mantillo.
En este caso, podrá proteger las raíces del sobrecalentamiento y retener la humedad.
Además, no debemos olvidarnos de los fertilizantes, de lo contrario se puede perder una parte importante del ovario si la planta pasa hambre.
Pero antes de agregar fondos adicionales, primero debes regar el tronco del árbol.
Periódicamente, se debe revisar el jardín para detectar enfermedades y plagas. Aun así, debido a la polilla de la manzana o a la mosca de sierra de la ciruela, es muy fácil perder una cosecha de frutas sabrosas y saludables. Puedes salvar la cosecha si tomas las medidas oportunas.