Algunos jardineros experimentados riegan con leche los pepinos y tomates cultivados en sus casas de campo.
Este método debería ser adoptado por todos los demás residentes de verano.
El caso es que esta opción para las plantas procesadoras da dos resultados positivos a la vez.
Estamos hablando del suministro de importantes microelementos, así como de la protección de los cultivos contra plagas y enfermedades.
Cómo preparar líquido
Es poco probable que el uso de leche sin diluir y sin aditivos dé ningún resultado.
Un litro de bebida blanca (cuanto menor sea el contenido de grasa, mejor) debe diluirse con 10 litros de agua limpia, a la que previamente se le han añadido 20 gotas de yodo.
La solución preparada se debe verter sobre los pepinos y los tomates desde la raíz. Es recomendable que cada arbusto reciba aproximadamente 500 mililitros de la mezcla.
Se puede hacer hincapié no en el riego, sino en otro método de procesamiento de plantas: la fumigación. En otras palabras, la solución de leche se debe verter en un recipiente con una botella rociadora y luego rociar los arbustos.
Efecto del procedimiento
En primer lugar, muchos microelementos importantes entrarán en el suelo, incluidos potasio, nitrógeno, fósforo y calcio.
En segundo lugar, cuando las gotas del producto entran en contacto con las láminas de las hojas, las plantas quedarán protegidas de muchos insectos peligrosos.
Además, los cultivos de huerta serán menos vulnerables a diversas enfermedades.