Es necesario alimentar con verduras, pero es importante centrarse en la variedad. Los fertilizantes se pueden aplicar 2-3 semanas antes de la cosecha.
Es recomendable aplicar alimentación foliar a principios de agosto.
Puede ser monofosfato de potasio (10 g por 10 litros de agua), sulfato de potasio o magnesio de potasio.
También puedes y debes alimentar los cultivos de raíces hoja a hoja con cualquier microfertilizante que contenga boro, zinc, hierro, manganeso, etc. Al principio o en la mitad de la temporada de crecimiento, el boro no será superfluo, pero la solución debe ser débil.
Si no se realizó ningún fertilizante, es mucho mejor tratar las remolachas hoja por hoja con un fertilizante complejo.
En este caso, para un balde de agua de 10 litros bastará con tomar 1-2 gramos del producto.
Si se notan signos de deficiencia, a principios de agosto se puede preparar una solución de 2 a 5 gramos del medicamento por cada 10 litros de agua limpia.
Otra cosa importante es el riego. A principios de agosto puede ser moderado; con riegos raros e intensos, la forma del fruto se deformará.
Las tasas de consumo de agua dependen del suelo y las temperaturas. La frecuencia de riego es una vez por semana 2-3 semanas antes de la cosecha.