Quieres admirar la cosecha recogida en tu jardín y admirar su sabor, y no arrugar la nariz y escupir de amargura.
En el caso de los pepinos, conseguir un “efecto” similar es mucho más fácil de lo que parece a primera vista. Lo principal es seguir varias reglas a la hora de cultivarlos.
1. Elija la ubicación adecuada para sus lechos de pepinos. Los requisitos básicos para un terreno son que sea soleado y que el suelo sea ligero, húmedo y nutritivo.
2. No olvides regar los pepinos, y esto debe hacerse exclusivamente con agua tibia.
3. Para mantener la fertilidad del suelo, no olvide utilizar fertilizantes orgánicos, que aman especialmente a los pepinos, y tampoco descuide el uso de sulfato de potasio.
4. Otro componente necesario es el nitrógeno. Vale la pena utilizar fertilizantes que contengan nitrógeno tan pronto como comience el período de fructificación, para el desarrollo de los arbustos y para mantener rendimientos decentes.
5. Cubra los lechos con mantillo para proteger las raíces de los cultivos del sobrecalentamiento y mantener la fertilidad del suelo.
6. El deshierbe también es importante: las malas hierbas deben considerarse los principales competidores con los que los pepinos compiten por los nutrientes.