Desafortunadamente, ni un solo residente de verano está protegido del clima frío, que es destructivo no solo para los tomates, sino también para otros cultivos.
Un cambio de temperatura hace que las plantas al menos dejen de desarrollarse.
Esto, a su vez, significa que no se puede esperar una buena cosecha. Sin embargo, los veraneantes "experimentados" no quieren ceder ante los embates de la naturaleza y hacen todo lo posible para salir victoriosos de esta lucha desigual.
Te aconsejamos que aproveches su experiencia y sigas sólo 2 sencillos pasos que te ayudarán a proteger tu cultivo de tomate del frío.
Primero, elimine el exceso de humedad. Por supuesto, esto será difícil de hacer después de una fuerte lluvia.
Por lo tanto, debes construir con anticipación un dosel sobre tus tomates al aire libre, debajo del cual estarán un poco más calientes.
En segundo lugar, no descuides la liga. Para ello son adecuados los enrejados verticales u horizontales, así como los marcos de alambre.
Estas medidas tienen como objetivo, entre otras cosas, proteger las plantas de plagas y enfermedades.